Fallos técnicos incomprensibles aparte, la Agencia Tributaria ha pisado el acelerador en las últimas semanas para ser actualidad por actuaciones sonadas. Sus actuaciones en bodas privadas, reclamando facturas de todos los gastos relacionados con el evento a los recién casados, la denuncia al jugador barcelonista Messi, al que acusa de dejar de pagar 4 millones al fisco de sus derechos de imagen… Y ahora el caso del restaurante de Sergi Arola.
Excepto en el caso de las bodas, que me parece algo excesivo, teniendo en cuenta los agujeros en la línea de flotación de Hacienda que se han permitido durante años, los otros dos son claros ejemplos de incumplimientos en cantidades, ciertamente, importantes. Eso es indudable. Pero también lo es el cambio de estrategia del departamento público para intentar la concienciación ciudadana a golpe de titular de los medios.
El supuesto fraude de Messi y el impago a la Seguridad Social y a Hacienda de Arola son, sin duda, mediáticos y, por tanto, resuenan una y otra vez. Pero, analizando las cantidades de las que hablamos, se trata del chocolate del loro. Queda mucha tela que cortar, muchos casos que destapar y sería un importante agravio, por comparación, el hecho de que no se persiguieran con el mismo ímpetu.
¿Dará Hacienda un golpe en la mesa de la liga de fútbol en los próximos meses para poner orden en unas cuentas que resultan, a todas luces, escandalosas en los tiempos que corren? ¿Se atajarán, de verdad, los casos de impagos o de fraude de grandes empresas, especialmente en el sector de la construcción?
Si la respuesta es ‘No’, entonces sólo habrá tratado de concienciar señalando con el dedo exclusivamente al chocolate del loro, mientras se seguirá mirando para otro lado en algunos de los casos más sangrantes y escandalosos que se dan en este país.
Excepto en el caso de las bodas, que me parece algo excesivo, teniendo en cuenta los agujeros en la línea de flotación de Hacienda que se han permitido durante años, los otros dos son claros ejemplos de incumplimientos en cantidades, ciertamente, importantes. Eso es indudable. Pero también lo es el cambio de estrategia del departamento público para intentar la concienciación ciudadana a golpe de titular de los medios.
El supuesto fraude de Messi y el impago a la Seguridad Social y a Hacienda de Arola son, sin duda, mediáticos y, por tanto, resuenan una y otra vez. Pero, analizando las cantidades de las que hablamos, se trata del chocolate del loro. Queda mucha tela que cortar, muchos casos que destapar y sería un importante agravio, por comparación, el hecho de que no se persiguieran con el mismo ímpetu.
¿Dará Hacienda un golpe en la mesa de la liga de fútbol en los próximos meses para poner orden en unas cuentas que resultan, a todas luces, escandalosas en los tiempos que corren? ¿Se atajarán, de verdad, los casos de impagos o de fraude de grandes empresas, especialmente en el sector de la construcción?
Si la respuesta es ‘No’, entonces sólo habrá tratado de concienciar señalando con el dedo exclusivamente al chocolate del loro, mientras se seguirá mirando para otro lado en algunos de los casos más sangrantes y escandalosos que se dan en este país.