Este hecho de
autónomos huyendo en tropel obligaría a reflexionar a cualquier responsable
serio. ¿Por qué se van? Primero, las cotizaciones son
menores. Segundo, los tres primeros años no te controlan, te dejan en paz.
Tercero, por mucho menos estás mucho mejor cubierto. Cuarto, si te va mal y
tienes hijos, la seguridad social francesa casi te mantiene. Luego, hay
muchos menos controles y burocracia que pagar. Por ejemplo, en el gremio del
transporte la ITV de los vehículos industriales es cada 2 años, en España cada
6 meses. Te ahorras los altísimos costes de las tarjetas de transporte, una
especie de rollo sacacuartos español. En el caso de los trabajadores,
asegurarlos en Francia cuesta un 35% menos que asegurarlos en España... con un
sueldo algo más bajo. Y es que ser autónomo en España es carísimo, no salen las
cuentas. Y nadie arregla nada.
Claro que estamos en Canarias y no hay manera de salir de aquí con las facilidad de los que viven cerca de los Pirineos pero hay más opciones. Crear una empresa británica, con sede en Londres, cuesta 51 euros y se tarda en estar totalmente operativa tres horas y lo mejor, se puede hacer todo el trámite por internet. Hablo de realidades. Montar una empresa en Londres no requiere ir a notario, ni se cobra por modificar el reparto accionarial, además, no se pagan los 9 primeros meses. No hay que esperar el mes que se tarda en crear una empresa desde que se solicita el nombre, no hay que reunir nada de capital mínimo, en España es de 3.000 euros en una SL; no hay que ir al registro, no hay que gastarse 400 euros en una gestoría que nos de de alta en las distintas haciendas públicas. Es que en este país, lo primero que hay que hacer antes de crear una empresa es pagar. El emprendedor que se quiera hacer empresario sufre un calvario en esta tierra y además adquiere responsabilidades en caso de quiebra que son de por vida. La de una ley de emprendedores es la asignatura pendiente del Gobierno de Rajoy y no veo que otra cosa puede haber más importante.
Mientras, la
deslocalización es un hecho, ¿por qué quedarse si puede ser mucho más rentable
estar en otro territorio aunque sea virtualmente? ¿Se habrán dado cuenta de que
estamos ante una nueva variante de la deslocalización?. Ya no se trata de que
se vayan empresas, ni sólo cerebros; ahora estamos ante una nueva salida: la de
personas que tienen ideas (la realidad dirá si son buenas o no) porque ponerlas
en marcha es mucho más caro. Pero la realidad es preocupante.