martes, 28 de mayo de 2013

Una basura de ley de emprendedores

No es porque nuestros gobernantes sean unos zotes. Que lo son, pero incluso ellos podrían haber hecho algo mejor si se lo hubieran propuesto. No, el verdadero motivo es que España no es país para pringados, por lo menos así nos sentimos y la ley de Emprendedores es una basura

Es posible que alguno se haya engañado con los cantos de sirena y hasta se haya creído que va a ser más fácil emprender en España. Así que mejor voy a repasar las principales medidas de la ley:

No se pagará el IVA de las facturas no cobradas, según y cuándo
Ojo porque probablemente el IGIC coja idéntico camino, así que miro con lupa la letra pequeña de esta ley para saber por donde van a ir los tiros. Llevan hablando de esto desde que llegaron al gobierno. Ahora lo aprueban, pero solo a partir del 2014. Pero lo grave es que si lees la letra pequeña, resulta que en diciembre de todas maneras tienes que pagar el IVA de las facturas pendientes, así que todo el esfuerzo adicional que tienes que hacer para adaptar tu contabilidad prácticamente es a cambio de nada. No es que puedas pagar el IVA cuando cobras, es que Hacienda te deja unos meses para ver si cobras, pero a final de año quiere su parte, hayas cobrado tú o no hayas cobrado.

50€ de cuota de autónomos, pero un ratito
El descuento está limitado a un tiempo, no a unos ingresos. Si, como suele ser frecuente cuando empiezas sin un duro, no has alcanzado en seis meses un nivel de ingresos decente, es tu problema. Y recuerden que ahora para muchos el emprendimiento es la salida al paro, así que eso de emprender armado solo con tus habilidades y mucha voluntad es muy frecuente.

Me pueden llamar  pesado por volver a sacar el tema, pero en Inglaterra se llama el sistema se llama PAYE (Pay As You Earn, Paga Según Ganas) y consiste precisamente en eso, empiezas pagando 20 libras al mes y vas subiendo en función de tu facturación, no en función del tiempo que haya pasado.
¿Te sonaba bien lo de los 50€ a pesar de todo? Vale, pues si eres hombre y mayor de 30 pero menor de 35, te conviene pensar en un cambio de sexo. Sí, es que hay discriminación por sexo y por edad. No por otras circunstancias, como formación, o capacidad financiera. No. Si tienes la edad equivocada o el sexo equivocado, pringas.

Cotizaciones de autónomos en pluriactividad
Bajo estas palabras que suenan hasta mal se esconde una, a mi juicio, estafa en toda regla. ¿O cómo llamarías a cobrar algo a cambio de nada? Es lo que sucede ahora si se te ocurre emprender una actividad paralela mientras trabajas por un sueldo. Ya pagas Seguridad Social en tu sueldo, pero tienes que volver a pagar como autónomo sin recibir ningún beneficio a cambio. Más aún, si te despiden de tu trabajo, pierdes el derecho a cobrar el paro. Eso por listo, por querer dedicar tu tiempo libre a ganar dinero y no a ver la tele como es tu obligación. No vamos a hacer como en Alemania, donde la cuota de autónomos en este caso es 0.

Ahora resulta que aplicarán un descuento a lo que sigue siendo una estafa, pero como esto no les parece suficiente hay unas reglas para poder aplicar este descuento que son imposibles de entender para el común de los mortales.

Responsabilidad limitada, pero no tanto
Las deudas con Hacienda o Seguridad Social no son salvables y el SMI puede ser embargado, no así en los empleados por cuenta ajena.

Pues eso, que cuando se analiza medida por medida uno se da cuenta de que están hechas para conseguir titulares en la prensa, pero en absoluto para ayudar a una persona que sin más recursos que su capacidad de trabajo intenta salir adelante por su cuenta.

Para comparar, esto es lo que supone emprender en Inglaterra, sin ley de emprendedores ni zarandajas:
Si constituyes una sociedad limitada con estatutos estándar, puedes hacerlo online pagando una tasa de 15 libras. No hay capital social mínimo, puedes constituirla con una acción de una libra.
No hay que cobrar ni declarar IVA hasta que no factures 77.000 libras al año. Seas mujer, joven, anciano marinero o maduro bosquimano.
Si te das de alta en el IVA pero no superas ciertos límites de facturación anual, puede aplicar el criterio de caja (sin límite de diciembre), o puedes aplicar una tarifa plana de un 10-15% de tu facturación (que pagas anualmente), o puedes hacer adelantos mensuales o trimestrales en función de lo que preveas que vas a facturar y hacer una sola declaración anual en lugar de cuatro trimestrales.
No hay que hacer declaraciones trimestrales de IRPF.
La cuota de autónomos empieza en 20 libras, y es proporcional a tu facturación.
El impuesto de sociedades se calcula al final del ejercicio natural y se paga 6 meses más tarde.
Hay una exención del 10% respecto al impuesto que pagas personalmente (el equivalente al IRPF) para los dividendos que hayas obtenido de tu empresa.
¿Por qué es así la ley?

Sencillamente, porque vivimos en una sociedad cuyas reglas de juego protegen a las grandes empresas.

La hiperregulación que tenemos, con más de un millón de páginas de leyes y reglamentos que afectan a cada minuto de la vida de una empresa, lo que hacen es generar una situación de indefensión para las pequeñas empresas que no pueden permitirse tener abogados en plantilla. Además, a esa hiperregulación se suma una dejadez generalizada para perseguir a los infractores.

Un ejemplo, la obligatoriedad de darse de alta en autónomos cuando tu actividad es habitual. Otra, la Ley de Protección de Datos, que establece condiciones draconianas y multas fortísimas, pero que infinidad de empresas (PYMES y no tan PYMES) se saltan a la torera todos los días, entre otras cosas porque el coste de cumplirla es altísimo.

Así te acostumbras a vivir en una “zona gris”, en la que habitualmente no te pasa nada, pero te puede caer una buena como alguien se fije en tí. Te lanzas a hacer cosas “en negro”, o incumpliendo alguna ley. Porque como hay tantas, y algunas son contradictorias, lo que es seguro es que algo mal vas a hacer. Los más pusilánimes abandonan, y los más osados se arriesgan al castigo en el momento más inesperado.

¿Alguien cree que esas normas son inocentes y no tienen nada que ver con esto? ¿Alguien cree que es puro azar que las grandes empresas tengan infinidad de rendijas por donde escabullirse del impuesto de socidedades y acaben pagando menos que las pequeñas? Del mismo modo que los sindicatos no representan a la inmensa mayoría de los trabajadores, sino solo a los que tienen un puesto fijo (especialmente en el sector público), las organizaciones empresariales no trabajan para favorecer a la PYME, sino para mantener el statu quo de los grandes, los que ya han llegado.

Nuestra falta de competitividad no es porque aquí falte gente con ganas de buscarse la vida y ganar dinero. Es porque todo está organizado para que te sea muy difícil emprender, y si a pesar de todo lo intentas y consigues salir adelante, para que te quedes enano, por debajo de los 50 empleados.

Ahora puedes pensar que esto es así porque nuestros legisladores, al menos desde la democracia, son por regla general abogados que no han montado una empresa en su vida. O puedes pensar que los capos de las grandes empresas se reúnen en sus clubes para decidir qué leyes van a obligar a aprobar a los gobiernos. O que miles de pequeños actos de influencia con los políticos (súbeme este impuesto por aquí, dificúltame esta posibilidad de competencia por allá) han acabado creando el infierno regulador actual. O que la seguridad jurídica, el bienestar de los trabajadores y la protección de los consumidores exigen estos pequeños sacrificios.

Sea como sea, lo cierto es que emprender en España, hoy y con estas leyes, es como jugar a la ruleta rusa con un revólver cargado con 5 balas. La ley de emprendedores es una basura porque no puede ser otra cosa. Tienen que hacerla porque les da titulares positivos, y porque algún pardillo picará y empezará a pagar impuestos por el “privilegio” de intentar buscarse la vida y crear riqueza. Pero para favorecer el emprendimiento habría que derogar y reformar centenares de normas, habría que reducir la influencia de muchas personas, habría que eliminar muchas barreras que les vienen muy bien a los que ya están establecidos, habría que eliminar infinidad de puntos en los que un funcionario puede ejercer su poder discrecionalmente, habría que allanar el campo de juego y simplificar las reglas para que entraran nuevos jugadores con igualdad de oportunidades.

Y esto sí que no va a pasar.

jueves, 23 de mayo de 2013

Los verdaderos derechos adquiridos y su coste

Uno de los mantras que repite la progresía keynesiana es que durante esta crisis se están perdiendo “derechos que se adquierieron tras años de lucha”. Los culpables de esta supuesta pérdida de derechos son los sospechosos habituales: el neoliberalismo, el capitalismo salvaje, los mercados desregulados, la globalización, las políticas de austeridad y la Merkel.

¿De qué derechos hablamos? Pues de los derechos que se asocian al Estado del bienestar: la educación y la sanidad “gratuitas”, las pensiones públicas y últimamente en la dependencia, también a ciertas condiciones laborales y otras ayudas sociales.

¿Cómo se conquistaron esos derechos? La izquierda siempre alude al mito de la lucha obrera. En el imaginario de la izquierda la riqueza es una constante, la riqueza de unos viene de la pobreza de otros, de quitársela a los pobres o empobrecidos, y las mejoras de cualquier tipo en el nivel de vida de la gente han venido de la lucha obrera que ha conquistado derechos arrebatándoselos a los ricos. Bueno, está también la versión de los políticos según la cual los derechos los han conseguido ellos haciendo pagar a los ricos.

Por supuesto toda la anterior historia tiene un pequeño fallo. ¿Cómo es posible que los ricos de hoy sean más ricos que nunca con la cantidad de derechos que tiene ahora la gente? En realidad la historia de la lucha obrera no es más que una justificación a posteriori de la mejora de calidad de vida de la gente.

La mejora de la calidad de vida de la gente no se produjo por ninguna lucha obrera ni ninguna conquista social. La mejora de la calidad de vida se produjo por el aumento de la productividad. Si la gente siguiese produciendo lo mismo que hace cien años las condiciones de vida de la gente seguirían siendo las mismas. Ésto, que es obvio, es algo que parece inaceptable para mucha gente.

¿Por qué ha aumentado la productividad, especialmente durante los últimos 200 años? Fundamentalmente gracias a un ambiente cultural y político favorable a la libertad. La libertad permitió que la gente buscase la prosperidad económica. La libertad permitió que la gente buscase nuevos métodos de producción, permitió a la gente ahorrar y acumular capital, permitió que la gente inventase nuevos bienes para satisfacer sus necesidades y eso generó una explosión de riqueza.

Alguien podría pensar que la generación de riqueza no tendría que suponer una mejora de las condiciones de vida de toda la gente, sino que esa riqueza se concentraría casi exclusivamente en una minoría. Sin embargo, la libertad es para todo el mundo, no para una minoría y esa libertad trajo competencia. Competencia a la hora de vender bienes y a la hora de contratar trabajadores.

La mayor productividad y la competencia permitió que todo el mundo disfrutase de un mejor nivel de vida. A medida que la gente tiene mayores bienes a su disposición satisface las necesidades que cree más importantes. Las auténticas conquistas sociales, los derechos sociales, se han conseguido gracias a la gente que mejoró la productividad y que encontró nuevos bienes para satisfacer las necesidades de la gente.

Sin la intervención del Estado la gente también hubiera gastado más dinero en sanidad o en educación. De hecho eso es lo que pasó antes de la intervención del Estado. Y de hecho, eso pasa ahora cuando la gente contrata un seguro médico privado, va al dentista, paga clases particulares para sus hijos o se paga un máster.

Sin el aumento de la productividad y de la producción hubiera sido imposible todo el Estado del Bienestar. Porque los médicos y las enfermeras cobran y los profesores y los catedráticos cobran. Se han magnificado los recortes cuando el número de funcionarios sigue siendo el mismo que a principios de la crisis y el gasto público, incluso si excluimos los intereses, apenas ha disminuido.

Pero más allá de todo eso los “derechos sociales adquiridos tras años de lucha” no están en peligro por ningún ataque ideológico. Están en peligro por los propios gobernantes que los crearon. 

No hay “derecho social” si no hay presupuesto.

No hay “derecho social” si no hay alguien que pague impuestos para que se mantenga.

La culpa de que los “derechos sociales” estén en peligro viene por un lado de la elevada tasa de paro y por otro, de que se hicieron promesas imposibles de cumplir. Para que funcione un sistema de pensiones como el que se prometió a la gente sería necesaria una natalidad de 3 hijos por mujer y la española hace tres décadas que está por la mitad. Y claro, que la gente tuviese trabajo.

Hay ilusos que piensan que el problema se solucionaría subiendo los impuestos o acabando con la economía sumergida. Piensan que la mayor recaudación fiscal no tendría consecuencias sobre el consumo, la inversión, el empleo, la producción. Evidentemente eso no es así: aumentar la recaudación fiscal no es aumentar la producción, aumentar la presión fiscal sobre los más ricos no impedirá que haya consecuencias también para los menos ricos.

Jamás saldremos de esta crisis si la gente no acepta que el Estado no es todopoderoso y que los “derechos sociales adquiridos tras años de lucha” son fruto del trabajo y no de ninguna protesta o redistribución.

lunes, 20 de mayo de 2013

No se puede vivir sin internet

El 17 de mayo se celebró el Día mundial de Internet y seguramente muchos de nosotros pensamos en cómo ha cambiado el mundo de la empresa la llegada de esta herramienta, pero también me surge la pregunta ¿puede la empresa vivir sin Internet? Y aquí no me refiero a que los empleados tengan o no acceso a Internet.

También se trata del uso de Internet para realizar las actualizaciones de nuestros equipos, de las aplicaciones, de los antivirus o simplemente para comunicarnos, compartir archivos, realizar videoconferencias. En muchos de estos supuestos podemos capear el temporal, pero está claro que Internet hoy en día es básico para la empresa.

Porque puede que todo esto lo podamos hacer offline, es decir, descargar actualizaciones, nuevos programas, en casa para luego instalarlos en la empresa, por ejemplo. Pero igualmente estamos haciendo un uso de Internet, aunque no tengamos contratada una línea en el trabajo.

Lo mismo con los archivos, podemos intercambiarlos a través de memorias USB, pero también podemos arrastrar problemas de virus intercambiando de esta manera, porque también será complicado mantener aislados y a salvo los equipos de la empresa.

El caso es que hoy, prescindir de Internet en la empresa es más un problema que una solución, es simplemente impensable en mi opinión profesional. En algún momento se va a necesitar consultar un mapa, solicitar información sobre otra empresa. Se podrá acudir a métodos tradicionales, pero seguramente se tardará mucho más en resolver ciertas cuestiones.

Todo esto para empresas que tienen o realizan algún trabajo con un ordenador o smartphone. Un fontanero, por ejemplo, que tiene contratada a una empresa para que le gestione todo el tema de impuestos o no tiene página web queda al margen de todo este tema. Pero lo afirmo, por poco tiempo, porque estar al margen de la red puede quedar bien en muchas discusiones pero será algo como estar fuera de la electricidad o de las carreteras o las aceras.

En Canarias por doble motivo. la informática es la única herramienta que permite a las empresas competir en el primer mundo. Desarrollar esta actividad puede colocar a Canarias enganchada en las empresas de primer niver o justo lo contrario, no hacerlo nos catapulta al subdesarrollo a estar más aislados.

viernes, 17 de mayo de 2013

Cinco mil gracias de corazón

Este blog de contenido económico, financiero o laboral, que al final todo es lo mismo, nació hace unos pocos meses. No se habla en este espacio de elevados asuntos humanos o divinos, de curiosidades varias, de chismes o cotilleos; de deportes, música, naturaleza, ciencia o moda; no se abordan asuntos de eso que se llama el gran público, ni se presentan videos graciosos o desnudos totales y mediototales, no hay folcóricas, curas, ni toreros. Nada de nada de eso.

Solo quiero contribuir a lo que afecta al bolsillo de los ciudadanos, de las empresas, pequeñas y medianas, a esas cosas de comer, que creo que deberían estar en boca del gran público, pero realmente este es un deseo más que una realidad.

En todo caso y pese a comentar y compartir con todos ustedes contenidos áridos de económica, más de un término estadístico rebuscado, más de un anglicismo --que he tenido que consultar el diccionario de economía--, pese a todo, más de 5.000 personas ya han visitado y participado en este mi blog, lo que es un estímulo más que importante, que me llena de orgullo y me anima a seguir exponiendo lo que buenamente creo que puedo aportar a la sociedad, aparte de pagar impuestos.

Gracias a todos, a los cincomil, cincomil gracias de corazón, porque somos pocos, pero uno a uno, opinando por lo que son nuestros reales intereses podemos arreglar algo, comprendiendo lo que ocurre podemos afrontar mejor nuestro futuro. Gracias también por sus aportaciones, todas válidas, porque aunque no coincidan con algún planteamiento mío, sí que me da otros puntos de vista.

Cincomil sinceras gracias y hasta pronto.

jueves, 16 de mayo de 2013

No todos valen para emprender

Llevamos varios años de crisis en los que emprender se ha colado en todos los debates públicos, en muchas conversaciones y en casi el único camino para muchos trabajadores que no ven salida en el mercado laboral. Los mensajes siempre giran en torno a la puesta en marcha de un proyecto empresarial como salida al a coyuntura actual. Pero, realmente, ¿todo el mundo tiene madera para hacerlo?

Muchos hablan de una burbuja. Creemos incluso que nunca se habla lo suficiente sobre emprendimiento, ante los que muestran su hartazgo. Lo que es evidente es que muchos de esos trabajadores en paro o desencantados en una empresa con serias dificultades económicas se plantean dar el paso. No hay que engañarse, el atractivo es, incluso, deslumbrante: ser tu propio jefe, ver crecer un proyecto que nació de una idea propia, la libertad de tomar decisiones…

Puede ser deslumbrante, eso es evidente. Pero también tiene aparejadas sus dificultades, sus enormes sacrificios, sus caídas y, a veces, sus fracasos. No es fácil y, a pesar de los mensajes vacíos y peligroso, nadie dijo que lo fuera. Pero llegados a este punto, uno se pregunta si realmente todo el mundo está preparado para emprender, si tiene madera suficiente para poner en marcha un proyecto.

Y pensando en ello, podríamos recopilar rasgos de personas cuyo particular ‘adn’ no está especialmente orientado al emprendimiento.

Aversión al riesgo. Poner sobre la mesa 40.000 o 50.000 euros de los ahorros de toda una vida, pedir un crédito hipotecando la vivienda o reclamar dinero a familia y amigos no sin saber con certeza que funcionará no es sencillo. Ese riesgo no es asumible por todos y hay quien, a la postre, no se ve capaz.

Escaso espíritu de sacrificio. Alguien conformista, que busque horarios fijos o un salario inamovible en su cuenta corriente al final de cada mes tendrá mucho más difícil poner en marcha una iniciativa que quien no duda en dar el 150% por algo que le apasione, que no tiene reloj cuando hablamos de proyectos en los que se implica.
Impaciencia. Los impacientes no serán tampoco del reino de los emprendedores. Buscar resultados rápidos es un sinsentido y sólo frustrará a quien lo haga.

Indecisión. Quien dé el salto, debe tener capacidad de decisión y una cintura a prueba de situaciones complicadas.

¿Quien tiene esos rasgos no los podrá cambiar nunca? ¿Es inamovible? En absoluto. Puede que quien, a fuerza de luchar, logre superar esos obstáculos extra. Por tanto, ¿todo el mundo tiene madera para emprender? Es posible que su ‘adn’ se lo ponga más difícil pero, como siempre, todo se puede cambiar.

martes, 14 de mayo de 2013

Contrato único o modalidades de contratación


La Comisión Europea propone a España crear el contrato laboral único, que pusiera fin a la dualidad laboral que existe en este país. En los medios se oye hablar bastante de que esta medida favorecería la precariedad laboral. ¿Es eso cierto? ¿Un contrato laboral único significa que tendremos más precariedad en los trabajos?

Como casi todo en esta vida, la respuesta es “depende”. Un contrato único no tiene por qué traer más precariedad, dependería de los detalles de dicho contrato. Lo que sí sabemos es que los contratos temporales, que se usan de forma generalizada, son muy precarios. Un contrato laboral único con una indemnización superior ya sería menos precario que eso.

Además, si hubiera un contrato laboral único los empresarios dejarían de usar contratos temporales donde debería haber uno fijo. Simplemente contratarían y formarían a sus empleados ya que la relación podría ser más estable. Esto redundaría en mejoras de productividad y en mayor tranquilidad para los trabajadores.

Eso sí, está claro que el contrato laboral único seguramente tendría menos protección que los contratos indefinidos de la actualidad. Así que los que realmente están en contra de este tipo de legislación son los que todavía tienen una relación laboral estable. No quieren que se rebajen sus condiciones. Normal, cada cual defiende lo suyo, pero estos insiders cada vez son menos.

Muchos dirán: ¿qué tendrá que ver el paro que hay en Canarias y en España con los tipos de contratos que existen? Pues tiene que ver. Primero, como todos los agentes sociales, incluidas las personas, sus acciones vienen determinadas por lo que nos permite la legislación. Igual que tenemos aquí una cultura de compra de vivienda por las ventajas legislativas que esto tiene, legislación de alquiler, desgravaciones por compra, las empresas tienen facilidades para tener gente contratada de forma temporal. Y por tanto en España se han desarrollado más los sectores que necesitan mano de obra temporal, normalmente poco cualificada.

Al final esto hace que tengamos pocos sectores de valor añadido, con trabajadores muy productivos que además cobren buenos sueldos, no nos engañemos, si queremos cobrar buenos sueldos tenemos que ser capaces de producir más en el mismo tiempo. La legislación laboral nuestra no fomenta este tipo de empresas y por tanto nos hemos especializado en sectores de mano de obra barata, construcción, básicamente.

Un contrato laboral único crea las condiciones necesarias para tener otros sectores más avanzados en este país. Es cierto que no es la solución mágica que va a generar empleo, pero sí fomentaría a medio plazo las relaciones laborales más duraderas. Pero hay que tener en cuenta otras ventajas de tener modalidades de contratación, que no nos da el contrato único.

Así pues, es cierto que tenemos 41 modalidades distintas de contratos, lo que suponen muchísimas fórmulas, de las que, sin embargo, sólo se utilizan 7 u 8. Entre ellas es especialmente necesario impulsar la contratación a tiempo parcial, que en España sólo alcanza actualmente el 13% de los contratos, frente al 26% en Alemania. En este punto, si se lograra equiparar este porcentaje al del país germano, la tasa de paro se reduciría en unos 6 puntos porcentuales. Sólo en Canarias supondrían 23.000 empleos más.

Asimismo, nos olvidamos de que los minijobs no son la solución a todos los problemas, pero sí una solución pasajera y de choque para reducir el desempleo, siempre teniendo en cuenta que la dualización del mercado laboral es un peligro. Desgraciadamente no se pueden tener las dos cosas y hay que elegir.




lunes, 13 de mayo de 2013

Cosas que el emprendedor debe saber antes de salir a la calle

Diez cosas sin las que un emprendedor no debería salir de casa es la traducción libre de un artículo que leí y que muestra una lista de herramientas que deberían acompañar siempre al emprendedor.

La lista contiene diez cosas muy sencillas que se pueden resumir en dos cosas: herramientas y actitud. Las herramientas están muy claras, smartphone y portátil (o tablet) con sus correspondientes cargadores, algo con lo que escribir y una grabadora (que ya pueden ir incorporados en el propio smartphone o tablet) y la copia de seguridad (que puede ir en una memoria externa) ya creo que ya son tradicionales compañeros de viaje de casi cualquier persona, emprendedora o no.

Desde mi punto de vista son el resto de elementos de la lista los más importantes ya que revelan cuál ha de ser la actitud del emprendedor. Un libro (metáfora de que siempre hay que estar aprendiendo y abierto a nuevos conocimientos), las tarjetas de visita (que nos indican que siempre debemos estar alerta ante cualquier oportunidad de conocer y darnos a conocer a personas que puedan ayudarnos o contribuir a nuestro proyecto y, sobre todo, un plan.

El hecho de salir con un plan nos muestra la disposición que debemos tener hacia conseguir cada día un nuevo objetivo que suponga un paso adelante en nuestro proyecto. Una vez que salgamos a la calle pueden pasarnos multitud de cosas pero eso no debe apartarnos del hecho de que tenemos una misión que cumplir y todos esos hechos que puedan acaecernos han de servir para nuestro plan.

La lista se podría ampliar pero todo ello sería inútil si no hay una auténtica actitud abierta por parte del emprendedor al aprendizaje, la relación con el entorno y sobre todo la determinación para cumplir con el plan previsto.

Todos esos objetos y herramientas supondrán un apoyo y un complemento para ejecutar dicho plan y formarán el cóctel perfecto con el que el emprendedor debe afrontar cada jornada. No salgáis de casa sin ellos

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Podemos prescindir de la mayoría de empleados públicos?


El Gobierno canario designó hace un tiempo a una comision de expertos con el fin de extraer conclusiones sobre la reforma de la Administración pública y al parecer, no se ha llegado a nada concreto. Al menos en este contexto insular. Idéntico trabajo encargó el gbierno catalán y el diario El Pais ha tenido acceso a dicho informe, el cual llega, según informa este medio, a una conclusión bastante polémica: se debe prescindir de la mayoría de funcionarios y tender a la externalización de servicios.Todavía resuenen en este sentido las palabras de José Carlos Francisco augurando unos 5.000 empleados públicos nuevos. Es una vieja reivibndicación de la CEOE esa de que sobran funcionarios.

Lo cierto es que por lo menos pro primera vez tenemos resultados de un estudio al respecto. En concreto, la Comisión ha concluido que sólo deberían existir funcionarios en aquellos puestos que requieran del ejercicio de la autoridad, como la policía, los inspectores o quienes otorgan licencias. Para el resto de casos, se optaría por personal laboral con contratos indefinidos, pero no para toda la vida.

¿Deberían ser los funcionarios unos empleados más sin contratos blindados? La respuesta a esta pregunta es bastante complicada ya que la existencia de la figura del funcionariado tiene, a mi parecer, dos explicaciones: evita la posibilidad de despido ante la toma de decisiones que puedan no gustar a los políticos para los que trabajan, lo cual evita la corrupción, y evita el enchufismo en la Administración pública.

En mi opinión, es evidente que el empleo público necesita una reforma urgente que acabe con los “calienta sillas”, desahogue a aquellos funcionarios que están desbordados de trabajo (véase la justicia, por ejemplo) y tienda a un reparto de tareas tal que para determinadas labores se utilicen a funcionarios y para otras, como atender la ventanilla de un Ayuntamiento o la recepción de un hospital, por ejemplo, se opte por empleados normales con contratos que permitan su despido si es necesario.

En muchos sentidos, hay que profesionalizar lo público y volverlo más eficaz, eficiente y al servicio de la ciudadanía. No se trata de reducir a los empleados públicos, sino de abrir la puerta a la contratación de trabajadores eventuales que cubran funciones para las cuales la persona que las realiza no necesita un contrato para toda la vida.

martes, 7 de mayo de 2013

Fotoelectricas y desfachatez

Según la Real Academia de la Lengua, el déficit se define como “en el comercio, descubierto que resulta comparando el haber o caudal existente con el fondo o capital puesto en la empresa”. Es decir, y puesto en cristiano, gastar más de lo que se gana.

No hace falta hacer un doctorado en Stanford para entender que si uno gasta más de lo que gana, llegará un momento en el que no tenga nada. Piensen ustedes en sus economías familiares, imaginen que ingresan ustedes 1.500 euros netos al mes. Resulta que pagan 500 euros de hipoteca y 350 de guardería para el niño, 400 euros en comer, 100 en gasolina, 60 en luz, 60 en gas, 30 de comunidad, 40 en internet y 24 en el canal plus liga. En total gasta usted 1564 euros al mes. Es decir, en su casa tienen un déficit de 64 euros al mes.

Ahora bien, ¿qué es lo que está originando el déficit en su casa? Esta pregunta no tiene sentido. Podemos discutir de qué partidas podríamos prescindir para no tener déficit, pero todas ellas contribuyen al mismo. Es evidente que uno no puede dejar de comer ni de pagar la guardería del niño. Tampoco conviene dejar de pagar la hipoteca y es difícil ahorrar en agua y en gas. Uno podría tratar de usar el transporte público para ahorrar en gasolina, quitar el internet y dejar de ver el fútbol. Pero todas las partidas contribuyen al déficit. Es decir, el contribuir o no al déficit no tiene absolutamente nada que ver con la utilidad del concepto. Si algo existe y estamos pagando por ello, contribuye a nuestro déficit. Y la forma de no incurrir en dicho déficit está clara, o bien gastamos menos o bien nos vamos a un trabajo donde nos paguen más, hoy en día lo segundo es mas difícil.

Fíjense ustedes que si quitamos el internet y el canal plus, nos ahorramos 64 euros al mes y dejaremos de tener déficit. Gastaremos exactamente lo mismo que ganamos, no ahorraremos nada, viviremos al día, pero al menos no tendremos cada vez menos dinero. Internet más el canal plus suman 64 euros fijos, perfectamente conocidos y predecibles. Cada mes son 64 euros que contribuyen a nuestros gastos. Es evidente que el hecho de que ese gasto sea perfectamente conocido no hace que sea menos gasto ni hace que deje de contribuir al déficit de mi casa. 

Teniendo esto claro, pasemos al sistema eléctrico español y al canario, que son primos hermanos, con el mismo regulador, idénticos problemas pero diferentes tarifas. Como sabemos, nuestro sistema eléctrico es un carajal donde han metido mano todos los ministros del ramo, desde Montoro hasta Soria, desde 1997 hasta hoy, dejándolo en algo parecido a un burdel de Saigón allá por mediados de los 70. Lo que sucede, fundamentalmente, es que el sistema eléctrico nuestro es de los más caros de Europa gracias a los políticos que nos hemos regalado a nosotros mismos durante estos años. Estos representantes del pueblo se han dedicado a mirar para otro lado cuando comenzaron a instalarse energías que costaban hasta 10 veces más que las energías convencionales. Nuestros políticos se dedicaron a hacer la vista gorda cuando, sistemáticamente, se sobrepasaban las predicciones de instalación de energías renovables en este país.

El resultado es que tenemos un sistema eléctrico muy caro que, además no estamos pagando. Vivimos aislados de la realidad de los costes de nuestro sistema. Hemos instalado energías de ricos que nadie quiere pagar y los políticos, conscientes de ello, mantienen la luz artificialmente baja para no pagar el coste político que conllevaría asumir los costes reales. Cada mes, al igual que nuestro ejemplo anterior, el sistema eléctrico español cuesta en realidad mucho más que lo que pagamos por él y cada mes incurrimos en un déficit, conocido como Déficit de Tarifa Eléctrica. Esta sinrazón se debe a muchas causas pero, sin duda, una de ellas es la ingente cantidad de dinero que los españoles nos gastamos en primas a las energías renovables.

Sin ir más lejos, el año 2012 finalizó con un déficit de tarifa de 5.609 millones de euros. Durante ese mismo año, las primas a las energías del régimen especial (fundamentalmente renovables) ascendieron a 8.586 millones de euros. Obvia decir que si no hubiera primas a las energías renovables no habría déficit de tarifa. Ojo, eso no quiere decir que las renovables sean las únicas contribuyentes al déficit de tarifa, al igual que en nuestro ejemplo doméstico no podíamos decir que la guardería del niño era la única culpable del déficit de tarifa. Si bien es cierto que si el niño no fuera a la guardería no tendríamos déficit. Como aclaramos más arriba, todos los gastos contribuyen al déficit.

Pues resulta que ahora, una vez finalizado el 2012 con 5.609 millones de euros de déficit de tarifa, llega la Unión Española Fotovoltaica a decir que “la fotovoltaica no contribuyó al déficit de tarifa generado en 2012”. ¿Y por qué dice esto esta buena gente? Porque, según ellos, la fotovoltaica no se desvió de sus previsiones iniciales. Como ellos dijeron que se iban a gastar 2.610 millones de euros y, en realidad, se gastaron 2.611 pues no contribuyen al déficit. ¡Manda webs!

Es decir, volviendo a nuestro símil doméstico, como yo sé antes de que empiece el año que el internet y el canal plus me van a costar 64x12=768 euros, éstos euros no contribuyen al déficit porque ya lo sabía de antemano. Yo no sé si se puede ser más tonto en la vida, la verdad, pero habría que entrenarse duramente. Vamos a ver, señores, ustedes han contribuido al déficit de tarifa con, exactamente, 2.611 millones de euros que son los que los ciudadanos les hemos dado simplemente porque existen. Ustedes le han costado al sistema eléctrico 2.611 millones de euros y esos costes incurren directamente en el déficit de tarifa. No nos vengan con tonterías, que no somos todos de la LOGSE.

Una energía que, en 2012, produjo únicamente el 2,9% de la electricidad de España, como dicen los informes,  pero se llevó más del 30% de las primas. Una energía que, el pasado mes de marzo cuando el mercado mayorista de electricidad marcó un precio medio de 25,92 euros cada MWh, se estaba pagando a 438 euros cada MWh. Sí, 17 veces más cara que el mercado. Pero es que estos días pasados que la energía en el mercado salió gratis, a ellos se la estábamos pagando a 438 euros cada MWh. Y tienen la desfachatez de decir que no contribuyen al déficit de tarifa. Y con esto no quiero decir que este en contra de las energías renovables, tan solo quiero que se ajusten al sistema real que no genere déficit.