miércoles, 26 de diciembre de 2012

Aprieta la deslocalización

Cuando la cosa fiscal aprieta es el momento de la deslocalización, es decir, la salida de un territorio de personas, empresas y capitales, bien por los altos costes de esa zona, bien porque no ofrecen suficientes posibilidades para sobrevivir. Eso es justo lo que está ocurriendo y por doble partida hoy en este país. Han salido raudos los capitales, más de 300.000 millones de euros en los dos últimos años, con destino a Europa o paraísos fiscales. Las empresas cierran y las grandes se van, hay muchos ejemplos de esto. La emigración vuelve a ser una realidad, con la salida primero de los jóvenes titulados y de los emigrantes parados, después ya veremos. Esto va camino de una deslocalización global en toda regla. Las reacción de las administraciones, aparte de grandes declaraciones se resumen en una palabra: nada. Pongo un ejemplo de un email que se ha recibido y que hablan de cuantas empresas del Norte de España se manchan a Francia y ahora hasta autónomos, que están haciendo el agosto de las gestorías del Sur de la France.
 
Este hecho de autónomos huyendo en tropel obligaría a reflexionar a cualquier responsable serio. ¿Por qué se van? Primero, las cotizaciones son menores. Segundo, los tres primeros años no te controlan, te dejan en paz. Tercero, por mucho menos estás mucho mejor cubierto. Cuarto, si te va mal y tienes hijos, la seguridad social francesa casi te mantiene. Luego, hay muchos menos controles y burocracia que pagar. Por ejemplo, en el gremio del transporte la ITV de los vehículos industriales es cada 2 años, en España cada 6 meses. Te ahorras los altísimos costes de las tarjetas de transporte, una especie de rollo sacacuartos español. En el caso de los trabajadores, asegurarlos en Francia cuesta un 35% menos que asegurarlos en España... con un sueldo algo más bajo. Y es que ser autónomo en España es carísimo, no salen las cuentas. Y nadie arregla nada.

Claro que estamos en Canarias y no hay manera de salir de aquí con las facilidad de los que viven cerca de los Pirineos pero hay más opciones. Crear una empresa británica, con sede en Londres, cuesta 51 euros y se tarda en estar totalmente operativa tres horas y lo mejor, se puede hacer todo el trámite por internet. Hablo de realidades. Montar una empresa en Londres no requiere ir a notario, ni se cobra por modificar el reparto accionarial, además, no se pagan los 9 primeros meses. No hay que esperar el mes que se tarda en crear una empresa desde que se solicita el nombre, no hay que reunir nada de capital mínimo, en España es de 3.000 euros en una SL; no hay que ir al registro, no hay que gastarse 400 euros en una gestoría que nos de de alta en las distintas haciendas públicas. Es que en este país, lo primero que hay que hacer antes de crear una empresa es pagar. El emprendedor que se quiera hacer empresario sufre un calvario en esta tierra y además adquiere responsabilidades en caso de quiebra que son de por vida. La de una ley de emprendedores es la asignatura pendiente del Gobierno de Rajoy y no veo que otra cosa puede haber más importante.
 
Mientras, la deslocalización es un hecho, ¿por qué quedarse si puede ser mucho más rentable estar en otro territorio aunque sea virtualmente? ¿Se habrán dado cuenta de que estamos ante una nueva variante de la deslocalización?. Ya no se trata de que se vayan empresas, ni sólo cerebros; ahora estamos ante una nueva salida: la de personas que tienen ideas (la realidad dirá si son buenas o no) porque ponerlas en marcha es mucho más caro. Pero la realidad es preocupante.

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