miércoles, 7 de noviembre de 2012

Más competitividad y para qué


Hemos mejorado en productividad, podemos leer. Al fin buenas noticias económicas, pienso, pero a poco que uno rasque en la realidad puede observar que el progreso indudable experimentado en  la productividad y competitividad se ha debido sobre todo a los peores efectos de la crisis económica que nos azota más que a los esfuerzos dirigidos hacia los mejores estándares más avanzados en estas materias.
Desde un punto de vista económico, cualquier analista observa que la mejora de la productividad del factor trabajo ha venido de la mano de la continuada erosión del mercado laboral de los últimos años, cuando el objetivo debe ser el crecimiento de ambas variables como síntoma de salud económica. Como dice el Sr. Martin Varsavsky, el factor trabajo se ha abaratado en todas sus vertientes, existen muchos más trabajadores dispuestos a currar, menores sueldos, más precariedad y menores indemnizaciones por despido, todo abarata, todo hace competitivo a España o a sus empresas pero no donde se desea, sino como podría hacerlo cualquier país africano, a base de sueldos miserables, de menos tecnología, de cosas que podría hacer cualquier trabajador no cualificado.Con la tasa de paro más elevada de la zona del euro, España ha destruido más de tres millones de puestos de trabajo netos desde que comenzara la crisis en 2008, cuya primera derivada ha sido un aumento de la productividad por trabajador. En Canarias el panorama no es menos desolador, con 378.000 parados según el INE y en una espiral que va camino de los 400.000 desempleados. La productividad habría aumentado en España un 11% desde comienzos de 2008, según datos recogidos en un informe de BBVA Research, que destacaba un crecimiento de los salarios inferior a la productividad.Hasta aquí parece que mejorar la productividad es un elemento clave para la adecuada lubricación del engranaje económico de un país, pero desde luego sirve para para refrendar la sostenibilidad de su capacidad de competir en los mercados internacionales.Hay consenso entre los analistas de que la crisis de la economía global desatada por la quiebra de Lehman Brothers y el desplome del sector inmobiliario - principal motor de crecimiento del país hasta 2008 - reveló la vulnerabilidad de una economía que había crecido sobre unas bases muy endebles desde la óptica de su mejora competitiva.Canarias ha avanzado mucho, pero su patrón de crecimiento en las últimas décadas ha resultado frágil e insostenible a largo plazo, según un informe de la Fundación BBVA-Ivie de 2011, titulado 'Trayectoria y Perspectivas de la Economía Española'.
El desplome del consumo privado en un contexto de fuerte recesión económica, ha llevado aparejado una drástica reducción de las importaciones cuyo efecto más directo ha sido un salto comparativo de las exportaciones, mejorando el saldo de la cuenta corriente vía balanza comercial, principalmente.
Los últimos datos difundidos por el Banco de España mostraron una mejora de la balanza corriente gracias a la balanza comercial que, hasta agosto, arrojó un crecimiento de las exportaciones del 7,4 % interanual, mientras las importaciones se contrajeron un 2,6%.
Lo que tenemos que tener en cuenta es que las exportaciones han mejorado, que las empresas españolas se buscan la vida fuera para seguir operativas, pero cuando los números se trasladan a Canarias el panorama lo veo negro. Aquí se sigue exportando lo mismo siempre: Plátanos y tomates, el resto muy poca cosa y con empresas tan pequeñas el ser más competitivos no nos hace exportar, porque Canarias no tiene qué. Pero es que además, la pérdida de conexiones ha hecho que las Islas sean un destino turístico caro ya, carísimo. Así que como resumen se puede concluir que los canarios somos más competitivos a base de vivir todos peor, pero no podemos aprovecharlo.

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