viernes, 23 de noviembre de 2012

Algunas soluciones a corto y largo plazo para llegar a fin de mes


El aumento del paro, la congelación de los salarios y la subida de impuestos hacen que, hoy por hoy, llegar a fin de mes sea cada vez más complicado. Según los últimos datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 12,7% de los hogares españoles tienen muchas dificultades para afrontar la recta final del mes. Este porcentaje supera en 2,9 puntos el registrado en 2011 cuando el 9,8% de las familias españolas no podían llegar a fin de mes.
Además, y según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondientes al pasado mes de septiembre, el 14,17% de las familias españolas tuvo que echar mano de sus ahorros para afrontar los gastos mensuales y el 6,4% tuvo que contraer nuevas deudas para solucionar pagos.

Principales soluciones en el corto plazo

Existen circunstancias puntuales -gastos imprevistos- que suponen un descalabro para el presupuesto doméstico. Las entidades financieras han diseñado productos de activo, distintos préstamos bancarios, dirigidos precisamente a solventar esa falta de liquidez puntual.
Líneas de financiación: no se trata de préstamos personales, sino más bien, de líneas de crédito con importes reducidos y con plazos de amortización también cortos. Por ejemplo, iBanesto cuenta en el mercado con un Crédito Miniconsumo para aquellos momentos en los que hace falta un pequeño importe para hacer frente a una determinada contingencia.
El importe de este crédito va desde 600 euros hasta un máximo de 3.000 euros a devolver en un plazo de 12 meses. El tipo de interés que aplica es del 9% y la comisión de apertura es del 1,5%.
Dentro de esta gama de productos diseñados para dotar de liquidez al usuario en el corto plazo, Banco Sabadell ha puesto en el mercado su Línea Expansión, una línea de préstamo de hasta 5.000 euros ligada a la Cuenta Expansión de la entidad. Con esta línea de crédito, el cliente puede retirar la cantidad de dinero que necesite tantas veces como sea necesario. No tiene comisiones y aplica una TAE del 10,69%.
El cliente decide, además, el plazo en el que quiere devolver el dinero (3,6,9,12,18 ó 24 meses). El límite de la Línea Expansión se actualiza y se repone mensualmente en función de lo que el cliente vaya devolviendo cada mes, con lo que siempre, puede volver a utilizarlo sin pagar más. El cliente, además, puede cancelar el límite de su línea cuando quiera.
Préstamos preconcedidos: la falta puntual de liquidez también se puede subsanar con los préstamos preconcedidos. Es decir, préstamos personales preautorizados cuyas condiciones varían en función de la vinculación del cliente con la entidad. Su importe suele variar entre los 1.200 y los 30.000 euros. Normalmente, la oferta de este tipo de préstamos preconcedidos se hace a los clientes que domicilian la nómina en la entidad, aunque el banco siempre puede denegar su concesión si las condiciones de solvencia del cliente han variado en los últimos meses.
Anticipos de nómina: otra de las opciones bancarias puesta a disposición del cliente para solventar problemas puntuales de liquidez son los anticipos de nómina, es decir, una especie de créditos rápidos que suelen conceder las entidades financieras con unas condiciones favorables a sus clientes de cuentas nómina.
Con este tipo de "crédito" el banco adelanta al cliente el importe equivalente a una o más nóminas y lo hace sin intereses aunque con una comisión de apertura del 3%, que suele considerarse como una especie de interés más o menos elevado.
Tarjetas de crédito: el uso adecuado de las tarjetas de crédito también puede ser de utilidad en situaciones coyunturales de falta de liquidez. Pero deberían usarse con moderación y siendo muy conscientes de lo que se gasta porque sino pueden llevar al cliente a una situación de endeudamiento peligrosa. La mejor forma de "optimizar" su uso es: eligiendo tarjetas con bajas comisiones y reunificando todas las tarjetas en una sola, dando de baja todas las demás.
En una situación de falta de liquidez puntual se debe tener especial cuidado con los descubiertos en la cuenta ya que acarrean una de las comisiones más altas que existen. Estos descubiertos suceden cuando se retira dinero sin que haya saldo suficiente y la entidad adelanta los fondos.

Principales soluciones a la falta de liquidez a largo plazo

Más allá de los problemas puntuales de liquidez en el corto plazo hay otras soluciones para lograr algo más de efectivo en el largo plazo:
Reunificación de deudas: es una de las salidas que existen para poder hacer frente a todos los gastos mensuales. La reunificación de deudas es una operación financiera que permite que todos los gastos que hay que cubrir en un mes se conviertan en uno sólo. Es decir, se reunifican todos los préstamos en una sola cuota hipotecaria con lo que mensualmente se paga menos al tener una única cuota y con un tipo de interés menor.
El único requisito indispensable para poder llevar a cabo la reunificación de deudas es el de ser propietario de una vivienda. Además, antes de decantarse por esta opción, es recomendable valorar que se trata de una operación costosa que implica una serie de gastos: tasación, cancelación de la hipoteca y préstamos a reunificar, gastos de gestoría, notaría, y registro, comisión de apertura de la nueva hipoteca y honorarios de intermediación en caso de que se contrate a un intermediario financiero o broker que negocie la reunificación de la deuda (algo aconsejable ya que se trata también de una operación compleja).
Ampliación de la hipoteca: por lo general, el mayor gasto que afrontan las familias al mes es el pago de la hipoteca. Una de las soluciones para intentar obtener algo de liquidez es la de negociar con el banco una ampliación de la hipoteca. Su puede negociar o bien una ampliación del plazo de amortización o bien una ampliación del capital prestado.
Ampliación del plazo de amortización: el alargamiento del plazo de un préstamo hipotecario puede convertirse en una solución a eventuales dificultades económicas para el pago de las cuotas de la hipoteca. Existen, eso sí, dos circunstancias en las que esta operación no es posible: cuando el cliente tiene, además del préstamo hipotecario otras cargas y cuando el préstamo original ya tiene un plazo de amortización de 40 años o más. En principio, todas las entidades financieras se muestran partidarias a aceptar este tipo de operaciones ya que, lo que buscan es cobrar la deuda, independientemente del plazo. Además, a mayor plazo, mayor beneficio para la entidad.
Ampliación del capital prestado: más allá de ampliar el plazo de amortización para reducir las cuotas mensuales, existe otra opción cuando se habla de la ampliación de la hipoteca: incrementar el capital prestado para obtener liquidez. En muchas ocasiones, la ampliación del capital puede conllevar, además, un alargamiento del plazo de amortización, de tal forma que las cuotas a pagar sean más asequibles.
La ampliación de la hipoteca -tanto si se amplía el plazo de amortización como si lo que se amplía es el capital- es una operación que conlleva una serie de gastos elevados y que se deben analizar con detalle. Si la ampliación de la hipoteca conlleva gastos muy elevados existen otras fórmulas, algo más económicas como la subrogación hipotecaria. Con esta figura -que supone cambiar la hipoteca a otra entidad financiera- conseguirá mejorar las condiciones de su hipoteca pero no ampliar el importe prestado.
(Publicado en EL ECONOMISTA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario