A la cabeza de los problemas de Canarias (y de España) aparece el paro, que representa la primera preocupación para el 81,6 % de los encuestados. Nadie puede dormir tranquilo en este país sabiendo que hay seis millones de parados y que la alargada sombra del desempleo acecha sobre todos y cada uno de nosotros. Hoy en día, casi todo el mundo tiene a un ser querido o a un amigo íntimo sin trabajo. Ya nadie se encuentra a salvo de las garras de la destrucción de empleo.
En segundo lugar de la lista de preocupaciones aparece la corrupción. Los casos Bárcenas, Noos, Gürtel o el de los EREs en Andalucía están han hecho mucho daño sobre la imagen de los organismos e instituciones públicas y sobre los propios partidos políticos. La sensación que se percibe en las calles y que registra el CIS es muy simple: nosotros nos empobrecemos mientras que ellos, y los amigos de ellos, se lucran con el dinero de los contribuyentes.
En tercer lugar, también sin sorpresas, aparecen los problemas de índole económica, seguidos de los partidos políticos y de la política en general, lo que pone de manifiesto que la situación económica global y los encargados de tomar las principales decisiones económicas que nos afectan nos preocupa y mucho.
Cuando los partidos políticos son percibidos, también aquí, como un problema; cuando la corrupción, también en las Islas, según el CIS, se percibe como el segundo problema al que nos enfrentamos como sociedad, se necesitan líderes de gran solvencia moral, capacidad y equipos de trabajo para revertir la situación. Como en los negocios o la economía, la confianza es una baza no despreciable para intentar siquiera salir de la crisis y esa confianza está hoy bajo mínimos, señalan los encuestadores. La cuestión no es cómo están las cosas sino como evolucionarán y en este aspecto nuestros líderes, a los que les ha tocado lidiar con la crisis, tienen mucho que decir. Por lo menos depende de ellos que las próximas encuestas muestren otros resultados.
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