viernes, 19 de abril de 2013

La obsesión por el empleo

La ministra Fátima Báñez ha esgrimido un nuevo concepto para referirse a la dramática fuga de jóvenes talento: Movilidad exterior, que me recuerdan aquellas soluciones habitacionales de la innombrable ministra de Vivienda de ZP. El revuelo fue enorme porque éste podría unirse a la cantidad ingente de eufemismos que se han venido utilizando desde que en 2008 estallara la crisis. Pero al ir más allá de la polémica sobre dos palabras que conllevan una incapacidad absoluta, creo que demuestra que el empleo, la recuperación de un mercado laboral sigue sin ser no ya la prioridad económica de este país, sino la absoluta obsesión.

En los últimos días, los mensajes desde algunas instituciones como el FMI se han centrado en la necesidad de nuevos ajustes. El Gobierno prepara un plan de reformas que presentará a finales de este mes, para hacer una nueva demostración ante las instancias europeas y para acompañar a una revisión de unas previsiones macroeconómicas irreales e injustificadamente triunfalistas.

Por mucho que se trate de introducir en los mensajes la palabra crecimiento, la gestión sigue girando en torno a ajustes, a recortes. No pongo en duda que es necesario una reducción del gasto en innumerables partidas y que pasan por una reforma profunda del sector público para evitar duplicidades, organismos infrautilizados… Pero junto a ese planteamiento, la obsesión debería ser el empleo.

En Canarias la obsesión debería ser aún mayor porque las cifras de paro son ya inmanejables, con cerca de un 70% de paro juvenil y un 33% de desempleo. Pero la cuestión es que por más ganas que algunos le puedan tener al Gobierno de Canarias, la administración autonómica poco puede hacer por el empleo sin no hay una legislación adecuada en todo el estado. Las políticas de empleo son estatales y nos guste o no las reformas no llegan. Faltan contribuyentes, eso lo sabemos, pero no hay ley de emprendedores, no hay una supresión de la burocracia, no hay estatuto del autónomo, las haciendas son voraces y confiscatorias, las leyes son casi antiempresas, todo eso es responsabilidad del Gobierno central. El Gobierno de Canarias puede hacer sus cosas, algún plan, mediaciones...en fin, que la obsesión debe llegar a Madrid si queremos resulver el paro, aunque sea solo invirtiendo la tendencia a la destrucción de empleo.

Sin embargo, las palabras de la ministra Báñez vienen a confirmar que ofrecer salidas profesionales y laborales a esos miles de jóvenes que se ven obligados a hacer las maletas tras miles de euros invertidos en su formación sigue sin ser realmente la obsesión que debería ser. Sí, una obsesión absoluta porque un país con un 27 % de desempleo es insostenible y todos los recortes serán insuficientes y todas las reformas financieras para hacer viable al sistema bancario no lograrán taponar la hemorragia.

Al margen de lo que, para mí, es una desfachatez como ministra de Empleo, la de Báñez es una nueva demostración de que reducir la tasa de desempleo sigue sin ser esa obsesión económica en la que todos deberían incidir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario