La irresponsabilidad con los emprendedores

Nuestros políticos, los de aquí y los de allá, parece que gozan con un discurso que termina siendo ruin y un peligro. En eso se convierten los que alegremente animan a cualquiera que esté en el paro a convertirse en emprendedor. Hablan del emprendimiento con una alegría solo comparable con su ignorancia y terminan haciendo mucho daño a los de siempre, a los más desfavorecidos y que viven ya con la soga al cuello.

El problema no es solo que animen a la gente a emprender, sino en la forma tan irresponsable en que lo hacen. Cogen un micrófono y y lo primero que dicen es que hay que emprender, ni la forma ni solución, matices, nada, a emprender y punto y se mandan a mudar tan campantes, ellos que lo cobran bien a fin de mes.

La cosa no es tan simple y es de una gran irresponsabilidad el llamamiento a emprender que se hace de forma generalizada. Parece que el que no emprende es un vago, que es su culpa y que no tienen derecho a quejarse si no se la juegan con la iniciativa empresarial. Como si fuese fácil que alguien con más de 40 años, dos hijos, una hipoteca y en el paro se lance a emprender. Pedir prestado a la familia un dinero o gastar las reservas para un proyecto. Es tanto como tirar a la gente por un barranco si lo pierde todo, lo suyo o lo que no es suyo, simplemente porque no todo el mundo puede ser emprendedor.

Dejando a un lado la legislación española que penaliza a los emprendedores, a quienes responsabiliza de las pérdidas de por vida, unas normas que obligan a pagar incluso antes de tener el negocio funcionando, una normativa mucho más dura y antiempresarial que la que rige en la mayoría de los países occidentales.

Ser emprendedor requiere una serie interminable de horas de sacrificio laboral y personal que no todo el mundo puede ni quiere afrontar. El coste familiar y personal de emprender es muy grande. Además, hay que tener capacidad de organización, de liderazgo, saber corregir errores... muy poca gente puede adaptarse a eso. 

No digo que un empresario o un emprendedor sea más que un trabajador, pero afirmo que cada uno debe hacer lo que sabe hacer. Conozco grandísimos profesionales, algunos trabajan conmigo, son mucho mejores que yo, pero no sirven para emprender. Simplemente se arruinarían. Igualmente no les puedo pedir que hagan las doce horas diaria que trabajo yo, entiendo que una persona creativa no puede trabajar tantas horas, porque se perdería su ingenio y por ello tendríamos peores trabajadores.

No quiero que se me entiende mal. Yo animo a emprender a aquellas personas que crean que pueden hacerlo, que sean capaces de liderar equipos, de desarrollar una idea y dirigir a la gente capaz de llevarla a cabo. Porque políticos irresponsables han arruinado nuestro país y ahora echan la culpa a los ciudadanos por no emprender. Así no es la cosa, no sólo no es justo, es casi una estafa a miles de ciudadanos que ya no pueden ni vivir.